El blog ha sido saneado, quitando etiquetas, posts de comentarios, etcétera.
Como siempre hemos dicho, la temática es libre y el blog está a disposición de cualquiera de nosotros, al nuevo arquierecto, Jose Miguel, y a Antonio Sáseta, quien no podemos escuchar tan a menudo como antes por el cambio de asginaturas. Por supuesto cualquiera que le interese el tema y tenga ganas de partcipar está invitado.
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Para empezar a postear ya, hace unos minutos buscando información sobre contexto formal y espacios urbanos he encontrado un artículo bastante interesante que os pongo a continuación:
<<La selección de los contextos pertinentes no es, ni más ni menos, que el paso analítico, previo y necesario, que sirve para ajustar el salto al vacío que siempre va violentamente asociado a cualquier acto creativo. Es cierto que el deslizamiento que ha sufrido y sigue sufriendo la arquitectura hacia las disciplinas y los métodos de trabajo científicos ha pretendido minimizar el riesgo de error asociado a este, por otra parte, inevitable salto. La más estricta racionalidad sigue acotando implacablemente la cada día más intolerable posibilidad de error. Pero, como en la paradoja de Zenón, esa posibilidad siempre existirá. Y, lo que es más importante, para avanzar en el conocimiento habrá que asumirla y siempre será necesario dar un salto, grande o pequeño, al vacío, que solo con posterioridad podrá ser analizado hasta sus últimas consecuencias.
Viviendas de Dosmasuno, ponentes en Ultzama.
Este binomio que forman la selección de los contextos pertinentes y la relación que se establece con la discontinuidad irresoluble que acompaña al acto creativo es el que caracteriza al trabajo de cada estudio de arquitectura. Y el que nos proporciona las claves para acometer su análisis, para valorar su idoneidad y para cuantificar su relevancia.
Intentaré explicarme con algunas actitudes concretas:
Dejaré a un lado, como he dicho antes, a los arquitectos —afortunadamente bastante infrecuentes en la actualidad— que aluden para explicar su trabajo al peculiar ojo del arquitecto, a la sensibilidad especial del artista, o a la conjunción mágica de los astros, por su perfecta y buscada impermeabilidad al análisis. El salto al vacío que explícitamente demandan es simplemente inaceptable.
Obra del estudio Mmasa, participantes en las jornadas.
El actual énfasis en los aspectos técnicos de nuestra profesión (construcción, estructuras, instalaciones, etc…) tiene por objeto también la reducción del riesgo. Su intrínseca condición científica, parametrizable, cuantificable, proporciona una agradable sensación de certidumbre, de estar haciendo lo correcto. Pero, de nuevo, también es necesario señalar que, si se afrontan estos aspectos de la disciplina desde la seguridad de lo ya conocido y experimentado, el resultado, a pesar de su aparente contemporaneidad, no habrá supuesto un desarrollo significativo de la arquitectura.
De los dos puntos anteriores se puede entender que existe una relación inversamente proporcional entre el grado de sujeción de un razonamiento al territorio tradicional de la disciplina y la posibilidad de avance efectivo de la misma.
Por otra parte, no son infrecuentes ya vigorosos análisis o construcciones contextuales que parten desde otras disciplinas o desde aspectos de la sociedad aparentemente muy alejados de lo arquitectónico (lo ético, lo sociológico, lo político, lo tecnológico, lo biológico, etc…). La necesidad de su planteamiento parte del histórico retraso de la arquitectura. Somos lentos. Lentos y pesados. Estos nuevos contextos son, por lo general, enormemente sugerentes, y parecen apuntar nuevos caminos, evidentemente asociados a una dosis de riesgo mucho más alta que la señalada para las actitudes anteriores.
Centro de salud del estudio Entresitio
El arquitecto debe estar atento a su alrededor, a la sociedad en la que trabaja, para detectar los accidentes, los contextos pertinentes y relevantes sobre los que deberá construir la hipótesis formal que intente resolver el problema. Entiendo que la complejidad creciente de nuestra sociedad hace que las señales de los accidentes se encuentren en terrenos cada vez más alejados de la disciplina propiamente dicha, y hacia allí hay que dirigir la mirada. Para después, ahora sí desde la disciplina, desde la manipulación del espacio (real o virtual), desde la creación del artificio, presentar a la sociedad, con evidencia y autoridad, una solución posible al problema detectado.
Estas son las impresiones que saqué de las propuestas y explicaciones presentadas en el estupendo Campus de Ultzama. Todas ellas realizadas sobre la base de la autoría y responsabilidad individual del arquitecto y su obra. El fenómeno de la producción colectiva, que está apareciendo en la actualidad gracias a la poderosa herramienta de la red, escapa completamente a estos apuntes. Para mí es definitivamente la mayor incógnita y, quién sabe si al mismo tiempo, la mayor oportunidad. Pero eso es otra historia.
PD. Para todo aquel que tenga interés, la documentación completa del I Campus de Ultzama, participantes, proyectos, intervenciones y editoriales varios, la puede encontrar en la http://scalae.net, dirigida por Félix Arranz, al igual que el Campus, y en la Fundación Arquitectura y Sociedad, principal impulsora del evento.>>
Fuente: http://www.soitu.es/soitu/2009/07/02/disenoyarquitectura/1246526509_960806.html
Nada más, un saludo a todos y hagamos de esto, algo habitual.
Mr. Minstrel.